El equipo aragonés necesita 13 puntos de 27 para cerrar la primera vuelta en media de salvación y juega contra los cinco primeros
La media de puntos no oficial pero aproximada para confirmar la permanencia en Segunda es de 50. El Real Zaragoza tiene 12 de los 36 disputados y necesita 13 de los 27 que ofrecen las nueve jornadas que restan para el cierre de la primera vuelta y estar en esos números. Hasta ahora ha sumado el 33% de los puntos, por lo que deberá subir hasta un 44% al llegar al ecuador de la competición. A esa mejora sustancial de rendimiento se suma que entre los rivales a los que ha de enfrentarse están los cinco primeros clasificados, Almería, Eibar, Sporting, Ls Palmas y Tenerife, y un Leganés hundido en la 20ª posición. Mirandés, el próximo domingo, Burgos y Amorebieta completan el calendario para arrancar hacia la lucha por la salvación una temporada más. Con un solo triunfo, frente al colista Alcorcón, nueve empates y dos derrotas está en disposición de desempolvar la calculadora del calvario.
La Romareda es el escenario donde tiene que ampararse para evitar una segunda vuelta de grandes ansiedades clasificatorias. En el viejo estadio, el único en la categoría que aún que no ha vivido una victoria como local, recibirá a Mirandés, Sporting, Leganés, Eibar y Tenerife, mientras que su desplazamientos más complicados serán a Las Palmas y a Almería. Sus otras salidas son a Burgos y Amorebieta. En el hipotético caso de que siguiera la pauta de empatarlo todo como se ha convertido en fatal costumbre, es decir no perder ni uno de estos compromisos, alcanzaría 21 puntos, insuficientes para esquivar un futuro con la soga al cuello.
El curso pasado, cuando aterrizó Juan Ignacio Martínez en el banquillo del conjunto aragonés, el Real Zaragoza contaba con 13 puntos y finalizó la primera ronda con 20 después de ganar a Lugo y Logroñés en casa y empatar en Cartagena. Su reacción posterior resultó espectacular y añadió 30 puntos más para elevarse precisamente a los 50 que le liberaron de cualquier peligro. Aunque la imagen fuera peor que la actual antes e contratar al técnico alicantino, la realidad es similar, entrecruzada además por el mismo síntoma enfermizo, la dificultad para conseguir un gol. Con Narváez de baja de larga duración, ningún otro delantero ha marcado, con Vada de líder ofensivo con sus cuatro dianas. Defensivamente es el mejor junto al Burgos ya que sólo ha encajado diez dianas, pero en todas ha concedido unas facilidades mayúsculas. El camino no es otro que pelear por la supervivencia en la categoría con un equipo que no sabe ganar.
