El Real Zaragoza, entre el milagro y la realidad

El conjunto aragonés, que en la primera vuelta sumó el 31,74% de los puntos, necesita ahora el 50%  que restan en juego para creer en la salvación. En las últimas 19 temporadas, 31 equipos lograron la permanencia partiendo de las últimas cuatro posiciones en la jornada 23

El Real Zaragoza ha comenzado la segunda vuelta perdiendo, es decir con un punto menos que en el arranque del campeonato, cuando en el partido inaugural empató con el Las Palmas en La Romareda (2-2). Su situación es de extrema gravedad, compartiendo la última plaza con Cartagena y Alcorcón y la necesidad sumar casi el 50% de los puntos que restan por disputarse para creer en la salvación (la media está establecida en 48 y cuenta con 20). La horquilla, desde que la victoria se premia con tres puntos, la continuidad en la Segunda oscila entre los 45 y los 51, por lo que la cantidad necesaria estaría entre esos guarismos en el mejor y el peor de los casos. Su comportamiento y sobre todo sus resultados, al margen de evaluar sensaciones, han de ser ganadores desde el encuentro de este viernes frente a la Ponferradina en el Municipal para alcanzar lo que cuantitativamente está próximo al milagro o como mínimo a la hazaña. Los empates le sirven para poco mientras no encadene triunfos.

Al igual que estos datos provocan vértigo, existen otros paralelos que alientan la esperanza desde la vertiente histórica. En once de las últimas 19 temporadas, dos equipos (y en una ocasión tres) evitaron el descenso a la B partiendo entre los cuatro últimos en la jornada 23 de la competición. 31 clubs en total que estaban en estas fechas con el agua al cuello, salieron al final de esas posiciones con reacciones más o menos espectaculares. Solo una vez, en el curso 2000-2001, los que estaban abajo a estas horas acabaron despeñándose. El caso más espectacular, sin duda, lo protagonizó el Polideportivo Ejido en el ejercicio 2001-2002, cuando arrancó colista con 14 puntos para acumular 50, algo insólito. El Real Zaragoza se encuentra entre el favor divino y, principalmente, lo que pueda aportar desde su realidad con todos los obstáculo que le esperan y que no se pueden obviar.